Europa

Fiestas de San Fermín en Pamplona

El lanzamiento del Chupinazo, a las doce del mediodía del 6 de Julio y el grito de ¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!, desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona es esperado por más de doce mil personas que se dan cita en la Plaza Consistorial. Se da así el pistoletazo de salida a las fiestas más visitadas desde todos los rincones del mundo, gracias a personajes como Ernest Hemingway y a los conocidos Encierros.

El visitante estará rodeado de miles de pañuelos rojos que no se anudan al cuello hasta que no se lanza el primer cohete.

Los toros se convierten en protagonistas en los Encierros que, año tras año, se celebran desde el 7 hasta el 14 de Julio. Todas las mañanas, a las ocho, son esperados para recorrer el breve itinerario trazado en las calles adoquinadas. La eclosión de adrenalina que provoca correr ante los toros hace concurrir a un elevado numero de incondicionales.

Durante toda la semana calles, parques, incluso parkings se convierten en provisionales alojamientos donde echar una cabezada para afrontar la nueva jornada.

La calle y la participación dotan a esta fiesta del verdadero sentido popular, en el que la diversión es su ingrediente más destacado.

Los sanfermines están plagados de pequeños momentos, especialmente emotivos para los pamploneses y pamplonesas que han ido conformando toda la carga emocional que estas fiestas tienen para la ciudad. De todas maneras, no son unas fiestas de actos programados. Muy al contrario, la grandeza de los sanfermines reside en la espontaneidad permanente en las calles y cualquiera, en cualquier lugar y a cualquier hora se puede convertir en actor protagonista. No obstante, sí que hay una serie de actos, algunos dentro del Programa Oficial otros no, que merecen la pena ser vistos.

El Chupinazo

Decía Ernest Hemingway que el día 6 de Julio, a las 12 del mediodía, el mundo entero se ponía un pañuelo rojo al cuello. Una exageración, como todo en la vida del Nobel estadounidense, pero lo que sí es cierto es que la inauguración oficial de las fiestas, que tienen poco más de 50 años de vigencia, se ha convertido ya en una referencia obligada para los pamploneses y que ha adquirido una gran resonancia fuera por las retransmisiones televisivas.

El acto en si consiste en el disparo del cohete («chupinazo») anunciador del inicio de las fiestas desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona a las 12.00 horas del mediodía del 6 de Julio. Desde más de 2 horas antes del inicio es completamente imposible encontrar un hueco en la Plaza Consistorial abarrotada de gente joven con lo que muchos optan por seguir el inicio de la fiesta desde la adyacente Plaza del Castillo, mucho más amplia y segura.

La Diana del 7 de Julio

De entre todas, la mejor. Las dianas, que comienzan todos los días a las 6.45 de la mañana, consisten en un recorrido de la banda de La Pamplonesa por diversas calles del Casco Viejo «despertando» a la ciudad con un repertorio escaso y repetitivo, archiconocido por cualquier sanferminero. La extraña mezcolanza de corredores del encierro recién levantados con quienes han ganado la noche de juerga bailando y cantando bajo los mismos acordes es un espectáculo, cuando menos, curioso. Pero sin duda, la del 7 de Julio, la primera de todas, resulta la más multitudinaria y emotiva. Gentes de diversas procedencias que no se han visto durante todo el año vuelven a coincidir en este singular amanecer, a la espera de la primera carrera de toros.

El cántico al Santo en la Hornacina de Santo Domingo

Probablemente el momento más emotivo y tenso de todas las fiestas que se repite todos los días, momentos antes del inicio del encierro. Al comienzo del recorrido en la Cuesta de Santo Domingo, los mozos entonan una canción a la imagen de San Fermín situada en una hornacina de la pared y rodeada de dos velas y de los pañuelos de todas las peñas pamplonesas. Con la letra de:

«A San Fermín pedimos/ por ser nuestro patrón/ nos guíe en el encierro/ dándonos su bendición»

y cerrada con los gritos de «Viva San Fermín» y «Gora San Fermín» los mozos se encomiendan al Santo en tres ocasiones cada día, cinco, tres y un minuto antes del estallido del cohete anunciador de la carrera. Son muchos los corredores que efectúan su carrera en otros tramos del recorrido pero que bajan hasta la Cuesta de Santo Domingo para realizar el primer cántico.

El Momentico

El 7 de Julio, tras la eucaristía en la Iglesia de San Lorenzo que pone fin a la multitudinaria procesión de San Fermín, la corporación municipal, acompañada de La Pamplonesa, la comparsa de Gigantes y cabezudos, gaiteros y dantzaris acompaña al cabildo hasta la Catedral de Pamplona. El momento en que atraviesan el atrio catedralicio entre la música de banda, gaiteros, timbaleros y repicar de todas las campanas de la catedral se denomina «el momentico», que se ha convertido en el acto de mayor recogimiento y sentimiento religioso de unas fiestas de por si ruidosas y nada recogidas.

El desfile de caballeros en la plaza

Todos los días, del 7 al 14 a las 17.30 horas, desde la puerta del Ayuntamiento se produce el ritual desfile de caballeros y mulillas hasta la Monumental de Pamplona atravesando la calle Mercaderes, Chapitela, Plaza del Castillo, Carlos III , Duque de Ahumada y Plaza de Toros. Es un espectáculo vistoso que despierta la admiración de todos, especialmente de los más pequeños. El desfile va en todo momento acompañado por la banda de música municipal «La Pamplonesa» a los acordes del «Asombro de Damasco». Diariamente, cumplen con el ritual de detenerse a las puertas del Club Taurino de Pamplona, quienes obsequian con un tentempié a mulilleros y resto de comitiva.

El estruendo de Iruña, la Tamborrada

Tiene lugar en un día sin determinar previamente y consiste en una multitudinaria «tamborrada» popular que tiene lugar en la Plaza de Santiago a las 23.59 horas. Puede participar cualquiera que acuda con un bombo, tambor, tamboril o cualquier otro instrumento de percusión. Javier Echarte fue su promotor y es el actual encargado de dirigir a esta peculiar banda. Suelen realizar un amplio recorrido por la mayor parte de las calles del Casco Viejo para acabar desembocando en el segundo Ensanche. A una buena parte de los participantes les suele dar la hora del encierro del día siguiente a golpe de tambor.

La despedida a la comparsa

Los recorridos diarios de la Comparsa de gigantes y cabezudos, kilikis y zaldikos, cada jornada con un itinerario distinto, provocan la admiración y asombro de todos siendo, sin duda, el acto estrella para los más pequeños. Pero es sin duda el día 14 cuando se produce el momento más emocionante en la despedida que niños y Comparsa se ofrecen mutuamente en la Estación de Autobuses de Pamplona. Los últimos bailes de las cuatro parejas de gigantes y los últimos sustos que kilikis y zaldikos dan a los niños se han convertido en el acto infantil más multitudinario de las fiestas.

Los tendidos de la plaza tras la última corrida de toros

Cuando se produce el arrastre del sexto toro en la corrida del día 14, el personal empieza a ser consciente de que aquello empieza a llegar a su fin. En esos instantes comienza un repertorio musical de 20.000 voces, más bien muy graves, que suele durar casi una hora antes de que se inicie la tradicional salida de las peñas. Todo el repertorio sanferminero es entonado una y otra vez por cuerpos y voces cansadas después de nueve días de fiesta pero que se niegan a aceptar el fin de las fiestas. Es, probablemente, el único momento de todas las fiestas en donde se produce una comunión entre los territorios antagónicos de la Plaza, el sol y la sombra.

POBRE DE MÍ

«Pobre de mí,

pobre de mí,

que se han acabado

las fiestas de San Fermín»

Con esta canción, repetida hasta la saciedad y con todo el mundo portando velas, el día 14 a las 24.00 horas se dan por concluidas las fiestas por el alcalde o alcaldesa, convocando a pamploneses y foráneos para el 6 de Julio del año siguiente a las 12.00 horas en la Plaza del Ayuntamiento. Es la despedida que de forma oficial tiene lugar en la Plaza del Ayuntamiento si bien desde hace años las peñas convocan a los pamploneses en la Plaza del Castillo o, últimamente, se pueden encontrar despedidas curiosas y originales como la que coordina y dirige «El Guti» en la Plaza del Consejo repartiendo partituras a diestro y siniestro con temas escritos por él y tonadillas sanfermineras.

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