Europa

Miravet, joya templaria del sur de Tarragona

Miravet se encuentra en el sur de la Ribera, entre las estribaciones de Cardó y Cavalls y el Ebro. Cruzando por la Barca podemos contemplar la panorámica del pueblo entre el paisaje y un frondoso bosque de ribera.

Sobre la roca escarpada, los árabes decidieron establecer la alquería, hoy casco antiguo, y el imponente castillo coronando la peña, convertido por los templarios en su sede tras su conquista, en 1153. El conjunto está considerado uno de los mejores ejemplos de la arquitectura románica, religiosa y militar, de la Orden en todo occidente y es el monumento más visitado de las Terres de l’Ebre. Entre 1307 y 1308 sufrió un largo asedio, a manos de Jaime II, durante el proceso contra los templarios.

El Castillo templario de Miravet

Está declarado Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural, siendo de propiedad de la Generalitat de Catalunya. El conjunto domina una peña estratégica sobre el río y puede dividirse en dos grandes recintos:

– El recinto amurallado o albacar formado por tres niveles de terrazas de obra andalusí (siglo XI), reformadas durante las guerras carlistas (siglo XIX).
– El castillo en sí mismo o recinto residencial: obra románica del Temple (siglo XII) de estilo cisterciense, sobria y regia, reforzada con cinco torres. Alrededor de un patio interior se distribuyen un total de 15 dependencias en tres niveles, entre las que destaca el atrio y templo a Santa María de Gracia, el refectorio y la sala del comendador, entre otras.El casco antiguo y la Iglesia vieja

La alquería judeo-musulmana conserva su trazado medieval con los porches y las casas colgadas, la dársena, el molino, la Aljama y la Iglesia Vieja: templo renacentista de la orden del Hospital, afectado por la Batalla del Ebro, hoy monumento cultural. En su interior se disponen tres exposiciones sobre la alfarería miravetana, la Batalla del Ebro y unas piezas románicas con iconografías propias de las tres culturas que convivieron en el pueblo.

La alfarería, artesanía típica

Al Raval dels Canterers, los alfareros trabajan aún, con el torno y sus manos, las piezas típicas y tradicionales: cántaros, botijos, tinajas, lebrillos y cadufos característicos.

El Paso de la Barca

Ultimo transbordador fluvial del Ebro, original, que cruza el río tan sólo con la corriente del agua.

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