Europa

La isla griega de Onassis, Skorpios ¿en venta?

(Actualización) Finalmente, la isla que fue heredada por la nieta de Onassis, Athina, vendió la propiedad a la hija del multimillonario ruso Dmitry Rybolovlev, Ekaterina Rybolovleva, en 2013, por unos 117 millones de dólares.

Con una factura estimada en unos 200 millones de dólares, el extravagante proyecto (denominado VIP Exclusive Club) prevé la creación de una suite principal para que se aloje la familia Rybolovlev.

Por supuesto, se conservaran la pequeña iglesia ortodoxa. Así como las tumbas de Aristóteles, Alejandro y Cristina Onassis, siguiendo un acuerdo privado firmado entre la familia rusa y la propia Athina Onassis.

Ochenta paradisíacas hectáreas en el Mar Jónico constituyen la exótica geografía de la isla de Skorpios. Este edén griego de exhuberante naturaleza fue el refugio del desaparecido magnate Aristóteles Onassis y actualmente propiedad de su nieta, la joven Athena, quien la heredara en 2003 una vez que hubo cumplido los 18 años.

Muchos medios a nivel mundial se hicieron eco de un rumor que indicaba que la hija de la infortunada Cristina Onassis deseaba vender esta propiedad por encontrar difícil, económica y logísticamente, la organización de la espectacular Skorpios. Una isla llena de historia y donde se encuentran sepultados los propios antepasados de la joven heredera.

Los rumores señalaban que Athena había decidido vender Skorpios por un valor que rondaría los 155 millones de dólares, y que ya habrían algunos magnates interesados en la «oferta». En esta pequeña porción del conjunto de islas griegas vivió Aristóteles con la inolvidable María Callas, luego con Jacqueline Kennedy, aquí nació su familia y por supuesto su consentida nieta.

En declaraciones a la prensa brasileña, el cónsul honorario de Grecia en ese país sudamericano y amigo personal de Athena señaló que estuvo con ella hace unos 15 días y que en ningún momento le comentó tal decisión y que conociendo a la muchacha, ella jamás vendería una tierra que cobija el descanso eterno de sus antepasados.

Otras versiones dicen que Athena debió dar marcha atrás a su proyecto de venta al descubrir que una cláusula en el testamento de su abuelo, prohibía expresamente la posibilidad de vender este territorio, y que en caso de dificultarse su mantenimiento la isla debía ser donada a una lista de personas que él mismo dejó indicadas (o los familiares de ellas) y que fueron el servicio doméstico de la mansión cuando allí vivía el magnate.

Al parecer la niña multimillonaria preferirá conservar la propiedad a pesar de las dificultades antes que dejarla en manos de desconocidos a título de donación.

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